Cuando oyes hablar de celulitis posiblemente se te viene a la mente la temida piel de naranja. Esta afecta a un gran número de personas, tanto a mujeres como a hombres, aunque afecta especialmente a las primeras. No obstante, existen otros tipos, como la celulitis infecciosa, que nada tiene que ver con la normal, la cual no suele entrañar riesgos para la salud. ¡Te contamos todo sobre ella!
Qué es la celulitis infecciosa
La celulitis infecciosa está provocada por la presencia de una bacteria del tipo estafilococo o estreptococo. Cuando esta se adentra en la capa intermedia de la piel, que conocemos como la dermis, comienza a generar daños en los tejidos.
Si bien es cierto que estas bacterias viven a nuestro alrededor y no nos provocan daño, se aprovechan de cualquier disrupción en la piel para alimentarse de nuestros tejidos. Esta disrupción podría ser una herida, la picadura de un insecto o un arañazo.
¿Cómo saber distinguirla?
Cuando esta pequeña bacteria ha conseguido traspasar las barreras naturales de nuestra piel, aparecerán signos característicos e inconfundibles de que, efectivamente, está comenzando la celulitis infecciosa en nuestra piel. Estos son los más destacados:
- Enrojecimiento
- Calentamiento de la zona
- Hipersensibilidad
- Fiebre, escalofríos y dolor general
Según los especialistas, esta infección se puede expandir rápidamente, por lo que se hace crucial tratarla a tiempo. La bacteria podría incluso invadir la sangre y ocasionar más problemas de los esperados. Si se comienzan a notar uno o más síntomas de los mencionados, hay que acudir sin demora a un especialista para que haga un diagnóstico profesional y prescriba el tratamiento a seguir.
¿Qué aumenta el riesgo de padecer celulitis infecciosa?
Como las bacterias aprovechan cualquier ‘entrada’ en la piel, hay que tener cuidado con estas. Es decir, debemos vigilar heridas y, si vemos algo poco usual en estas o sentimos los síntomas antes mencionados, ¡hay que acudir al médico cuanto antes! No obstante, existen otros factores determinantes en la aparición de la celulitis infecciosa. Por ejemplo:
- Lesiones, como fracturas, quemaduras o arañazos.
- Tener un sistema inmunitario débil, lo cual puede ser causa de una enfermedad.
- Afecciones de la piel.
- Linfedema.
- Obesidad.
Cómo prevenirla
Ya que hemos visto qué es, los síntomas y las causas, se hace urgente aprender a prevenir la celulitis infecciosa. ¿Cómo hacerlo? Pues con una serie de cuidados en las heridas por ejemplo:
- Lavar la herida cada día con agua y un jabón neutro para mantenerla limpia.
- Aplicando una crema protectora como podría ser un tópico recetado por el médico o vaselina.
- Si es posible, siempre es preferible tapar la herida.
- Vigilar las heridas o arañazos que tengamos en nuestra piel para identificar los cambios que estos puedan sufrir.
Como ves, con una serie de cuidados podemos evitar la celulitis infecciosa. Además, existen tratamientos de medicina estética que nos ayudan a luchar contra las imperfecciones y daños de la piel. Si pasas por nuestro centro te informaremos de cuál puede ser el más acertado para ti y te contaremos por qué.
¡Te esperamos!