El peeling químico trabaja directamente sobre nuestra epidermis, descamando y exfoliando la piel para renovar las capas superficiales proporcionando una limpieza en profundidad, seguida de una regeneración del tejido cutáneo.
Se trata de un procedimiento químico prácticamente indoloro, que permite eliminar las capas superficiales de la piel eliminando células muertas y generando una nueva capa libre de marcas ni manchas.
Existen diferentes tipos de peelings químicos en función de su actuación sobre la piel y de las necesidades específicas de cada paciente, desde los peelings más superficiales para mejorar el aspecto general de la piel, hasta los más profundos, recomendados para eliminar cicatrices o acné.
Tras la realización del tratamiento se suele producir un leve enrojecimiento de la piel, justo antes de la exfoliación. Este proceso dura aproximadamente unos 3 – 4 días previos a la regeneración de la piel, por lo que se recomienda evitar la exposición solar y utilizar un protector adecuado tras el tratamiento.